martes, 6 de octubre de 2009

Interludios: personas solitarias

Escribo estas reflexiones en prosa bajo demasiada luz. Siempre es demasiada luz cuando se trata de luz artificial. Me encuentro algo cansado, pero ya va siendo algo personal frente a este mundo. Me encuentro con que pienso demasiado, respiro demasiado, escribo demasiado poco y me considero demasiado a mí mismo. Sí digo todo esto es porque ahora lo pienso, ya que mi realidad siempre es esa de prisas, de desengaños, de arenas movedizas. Si analizo ahora lo que quiero es paz, paz, siempre paz. Creo que eso nunca cambia. No es nada más que tranquilidad (en el fondo: aislamiento). ¿Y, por qué tengo que sentirme culpable?

Hoy la realidad es bella, dulce cisne. Pero, yo a veces me aburro.
Hoy el día amaneció sin nubes, de color azul. Y no he prestado atención.
Hoy la felicidad me atrajo porque encuentro algo de rutina.
Hoy.. hay tantas cosas que decir que nunca voy a decir.

Me estoy matando porque no quiero morir en vuestros corazones. ¿Es tan extraña petición el querer ser uno mismo? Para eso necesito ser extremadamente libre. Por eso os incito al olvido. No quiero haceros sufrir, porque os quiero. Pero no hagáis caso. Todo es una broma; una indescriptible broma llamada vida.

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