martes, 29 de junio de 2010

Impĕtus


Mi yo, inútil, perecedero,
rezuma nostalgia
llora amargo en un pesar lento
acucia tu estancia

lunes, 28 de junio de 2010

Inútiles impresiones en doble formato

He desnudado las imágenes de mi conciencia
y he llorado
He traído los hilos rotos a mi furia
y he llorado
He visto florecer de la rosa en primavera
y del bosque me he traído un corazón
y también he encontrado una quimera
en un horizonte de sinrazón

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De esta corta vida de cachipolla a uno le quedan siempre bonitos recuerdos. Los de la luna o el sol que se paisajea, pasea y dibuja en nuestra sensible ilusión. Por eso de que influyeron los entornos y no los amigos. ¡Ay, amigos! Los que pintaron grafittis en las heridas.
Y de la larga ausencia siempre queda un bonito recuerdo. La dulce herida que no es mas que ilusión y esperanza. Arrebatados los ánimos y arrastrados por el suelo no nos queda sino esperar, esperar, esperar.. a una época dorada. ¡Qué el tiempo se repite! Las eternas marionetas son los astros.
Un bosquejo bostezo. Una falta de coherencia. Apuntar en la libreta esto para otros días. Y saber que nunca vas a hacer lo que debes hacer. A veces no es suficiente con lo que parece.
Un recuerdo tonto. Y una voz en off que me ilumina a ratos. A veces no es suficiente. El problema es que a veces sí lo es. Conformes para hoy y hambre para mañana.

domingo, 20 de junio de 2010

Hombres que nunca han vivido

- ¿De cuantas vidas hablamos?
- De cientos de miles
- ¿Afirmas rotundamente que han renunciado a vivir?
- A la vida y la muerte, al goce y al sufrimiento, al entusiasmo y a la desesperación
- ¿Por qué?
- ¿Por qué? ¿Acaso alguna vez amaron a su projimo?

miércoles, 2 de junio de 2010

del frío rumor de la conciencia

por las noches el sudor de verano quisiera recordar unas noches de invierno ficticias


Y ante esa ventana del mundo que nos seduce pero nos ignora todo pasa. Es lo más cercano a la mente divina – mente humana, transmundana – que es la historia hoy.

El espectáculo de las risas. Acabar las cosas a tiempo. El desvarío, la desilusión de cada día de lo que uno mismo malgasta, la verborrea y la vanidad. La unión de los males, el despropósito de un privilegio. Las malas cabezas unidas y separadas por un acordeón.

El espectáculo de las lágrimas. Nunca llega. La falta de compromiso, el diablo mundo, el yo que ríe ante lo fácil, la facilidad del ser azaroso. La lluvia de estrellas. Los golpes futuros. Las montañas de arena que se vuelven frágiles porque la victoria se huele por tozudez.

La espera. Morderse las uñas ante la fatalidad. El reloj que surca las horas y te hace llegar tarde a cualquier escenario. La arena que ya no puede condensarse porque la hemos excedido demasiadas veces. La desesperación de la rutina momentánea. El fastidio que siempre vuelve.

El vacío existencial. Esa duda radical escéptica. ¡Váyanse al diablo que lo suyo es un juego de niños! Comprendan de una vez la realidad. El sueño. El hambre. Las cadenas de nuestras ideologías. La vida. Los lugares donde nada pasa.

¿Y la estética nunca deja de acudir a mi para gritarme y maldecirme y condenarme a la imposición de estas holgadas cadenas de pensamiento que son vanas? Y sólo unas cuantas veces hoy declarar mi amor incontestable a tí.