martes, 12 de octubre de 2010

Sobre el porque de la bondad socrática

Nadie actúa mal a sabiendas fue la impresión general de verdad de ese viejo cascarrabias que la tradición ha convertido en el padre de la filosofía.

Nietzsche - anclado en la corriente del historicismo - lo condeno, pero nosotros hoy lo perdonamos. ¿Cómo iba a imaginar la decadencia romana, las matanzas del colonialismo, Auschwitz o el Gulag? La humanidad en sus inicios fue inocente. No había anclado la historia de la violencia un peso suficiente en las conciencias. El pecado original era idea de unos pocos; aislados visionarios, que habían predicho la imperfección.