miércoles, 9 de diciembre de 2009

noches - hoy nadie grita

¿Como distinguir el sueño de la vigilia? O mejor: ¿sabes distinguir lo real de lo ficticio aún despierto? Yo no. Porque:

El mundo: ¿donde está? ¡Escupe!

Las alturas de la noche pueden hacer que te enfríes pero no pueden parar de sentir una eternidad de pena que se siente por todo el cuerpo, que te golpea y te hace llorar sin lágrimas. Una sensación de angustia, de perdida, y de pensar en la diferencia entre decir y no decir las palabras equivocadas. ¿Cómo se sabe donde esta el final cuando ni siquiera se sabe donde empieza todo? Y por eso es que me pierdo en el universo de conceptos. ¿Cómo saber sí el error no es acierto? ¡Qué poca seguridad me aporta el lenguaje cotidiano y que desconfianza me traen los días normales!

El tiempo: ¿y ahora qué será de nosotros?

¿Donde buscarías la sensación de cotidianidad? Sí uno no sabe muy bien como y cuando es, ¿qué aporta a la destrucción? Sí todo se deshace en la materia, ¡bienvenida sea! ¿Qué queda ya sino fundirse con lo que no es yo? Y no voy a empezar a relacionar puesto que todo sigue su cauce. ¡Horror! Yo no quiero ver mas sonrisas que la tuya no importa cuando.

El espacio: en el horizonte todo se confunde

Lo de viajar al infinito no es mala idea sí estas dispuesto a venderlo todo. Tu alma y con ello tu salvación por un instante, por la caricia del instante, por la eternidad del instante pasada y futura no sentida por la ilusión circundante y de caracteres que poseen sensación de estar en un sueño. ¿Y sí todo fuera espíritu? ¡Ojala! Podría hallar hasta lo irracional del deseo en algún lugar. Lograr enorgullecerme de ser un proscrito.


Tantas cosas podría hacer pero sigo sin encontrar el sentido. ¿Vos lo viste?