lunes, 16 de noviembre de 2009

Interludios: a la busca del sentido / conversación que se aproxima a la muerte

*creo que en mi vida cada vez me volveré mas huraño
sí continúo siendo como soy ahora
*porque no puedo evitar sentirme en conflicto con los relativistas
y esta sociedad es extremadamente relativista

¿cuál es el límite de la crueldad cuando deseamos que alguien nos ame?
Yo sabía que ella había estado intentando evadirme, sabía que había intentado amarme, besarme, abrazarme, reírse de mí o asesinar sus recuerdos para conmigo.
Yo sabía que ella necesariamente tenía que sentirse como se siente Dios cuando ama a sus hijos, quizás incluso por encima de lo divino, puesto que Dios solo nos ama racionalmente.
Lo que no sabía es que tenía que comportarme de una determinada manera para demostrarle a ella que no podía ser sin mí, puesto que no podía retenerla de ninguna otra manera.
Lo que tampoco sabía es que he estado derrochando el tiempo en esta única vida en la que puedo estar seguro de vivir odiando sin razón y desamando lo amado por miedo, pero no importa, ¿qué importa? tempus fugit

El miedo es lo que nos reprime, lo que nos hace débiles, nuestro peor enemigo, y es lo irracional.
Sí no existe moral por encima de mi, ¡que me lleven al infierno! No soporto tener tanta voluntad de poder. Quiero, deseo, un sentimiento, que me ate a ella, que me impida moverme sin que ella lo diga.
Si no existe vida mas allá de la muerte no importa. No quiero tener que cargar con el fracaso en otros mundos. Sí algún día deseo profundamente morir ¡que me encierren!, pues habré olvidado que incluso el sufrimiento de tu perdida es hermoso.

¡Qué sera de mí, pobre mortal! Sí pudiera amarte eternamente aunque no tuviera respuesta no dudes que lo haría. Pero, ¿acaso puedo yo tentar a la muerte? Sí pudiera creer en la resurrección de la carne que dichoso sería. Pero yo soy un hombre sin fe. Un apátrida. ¿Donde estaría Dios en un mundo – por supuesto ficticio – donde solo existe la desgracia de mi persona? Mi amor es una negación de la divinidad porque ya no cabe mas amor, no, esta negando.

Ya no existen pruebas. Ya todo es fruto del azar, de la casualidad. Ahora el sentido de la vida pasa por ser un fin de semana pasado por narcóticos y tranquilizantes. Mañana quien dirá. Hoy ya nadie, no. Ayer, ¿quién sino una voz? ¿quién sino la madre tierra? / ¿Qué estamos haciendo? Condenarnos. Gracias a Dios que es una cuestión temporal. Gracias a Dios que existe la muerte.

Todo lo que se refleja en las palabras índica posibilidad, infinita posibilidad, extrema. Sin esta posibilidad lloraríamos a nuestro destino trágico. Pero el fin último es siempre el último. Vivimos porque morimos.
La rueda trágica es ahora una salvación puesto que no osamos ser inmortales. ¿Quién quiere ahora la piedra filosofal? Los ricos de espíritu, los irascibles, los que no lloran, los que no tienen hambre ni sed de justicia, los inhumanos, los impuros de corazón, los que trabajan por la guerra, los perseguidores de los justos, todos los que no luchan por una causa última ex nihilo. / O quizás sean los otros. En cualquier caso es la peor decisión. Decisión irrevocable, última.

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