lunes, 9 de mayo de 2011

Respirar y algo más...

Las odas, al caer la noche, descansan. Tienen que brillar a la mañana con su máximo esplendor y obligadas como Atlante a sostener los pilares de la tierra caen en un sueño profundo del que quisieran no despertar; porque la eterna repetición es heredera de las peores sensaciones. A los que obligados a repetir cada mañana la misma constancia; el mismo proceso desolador, son capaces de emerger la voluntad, no cabe sino entregarlos una medalla.

Lo que emerge de la espesura no siempre acecha como si de un ciclón se tratara. La mayoría de las veces es invisible, inconstante, pero terco. Arroja al destino los dados para que uno se crea que así se puede jugar en igualdad. Pero siempre se pierde. Siempre se está a la espera... y se odian las almas. Se arrojan el fuego los pueblos, se declaran la guerra, luchan, se sacrifican, ... y siempre se pierde... siempre se está a la espera.

Lo dual es la mentira. Sólo existe lo unívoco... un único camino. Lo dual es la desolación, la falta de raíces. Lo ideal es la fusión; el adios a lo dual, lo uno.

Nunca se acaban las preguntas... todas las respuestas fallan. Al respirar hay infinitas interpretaciones de nuestros actos aísladas por mentes divinas que nos observan en un peculiar 1984. Todo es mentira porque todo es arte. Todo es arte porque todo es mentira.

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